Rapé Medicina Ancestral
¿Qué es Rapé?
Rapé es una herramienta sagrada de medicina de origen, un espíritu de medicina estelar. Nuestros abuelos de la jungla se criaron y caminaron la relación con esta medicina-herramienta al principio de los tiempos, y hoy viene a nuestras manos trayéndonos recuerdos originales y medicinas renovadas para este presente.
Esta forma de medicina se prepara mediante sucesivos molidos y tamizado de tabaco, plantas medicinales, cortezas y cenizas del fuego sagrado en la alquimia sutil. La Medicina se trabajan hasta alcanzar un pulverizado muy fino en el que se pueden percibir los cristales de las plantas.
Rapé puede prepararse con uno o varias medicinas vegetales y también minerales, ya que la presencia del abuelo tabaco ayuda a ordenar, integrar y equilibrar las otras medicinas, para abordar un propósito específico. Al mismo tiempo, el tabaquito es una puerta que conecta el espíritu y el universo, ayudándonos a despertar la pureza esencial de uno y lo mismo, y de cada medicina.
El tabaco se sopla con una varilla en cada orificio nasal, equilibrando los dos hemisferios del cerebro, nuestro lado femenino y masculino, el yin y el yang, y luego en el corazón, el centro. Para recibir medicina o sacramento, debemos ser receptivos, callados y contener la respiración. Cerrando los glotis o ventanillas de la nariz impide que Rapé baje hasta la garganta y los bronquios. La práctica occidental de rape aspirante es una distorsión del diseño original de este medicamento. Al ser succionado, el Rapé no alcanza las cavidades o los senos frontales y penetra en el tracto respiratorio inferior causando irritación. De esta manera, no cumple con su propósito esencial de limpiar la mente y los canales superiores. La desconexión de su finalidad medicinal y sagrada, dándole un uso social y superficial en contextos inapropiados, lleva a utilizar la fuerza de las plantas para eliminar la enfermedad o la baja energía.
Rapé nos ayuda a sanar el individualismo, y nos recuerda que necesitamos al otro, que ciertos medicamentos son tomados por uno mismo, y otros son recibidos de las manos de un hermano o hermana. Quien sopla el rapé necesita estar centrado y vacío, como un hueso hueco, correr desde el medio, no poner nada de uno mismo y simplemente ser un canal, un hermano que tiene un gesto, sabiendo que el trabajo lo hace el abuelo. De esta manera, quien recibe el golpe puede ser entregado a la medicina, ponerlo en sus manos como lo hacen los abuelos en la nuestra.
La dosis y la frecuencia dependen de la necesidad real y consciente del espíritu, como toda medicina, en la relación de cada uno con ella y cada momento de la evolución. Se sabe que los excesos y los extremos generalmente no son una buena medicina, que no es solo la cantidad sino también la calidad lo que hace la diferencia, y especialmente la calidad de atención y corazón que dedicamos al momento. Rapé es un espíritu sutil, y nos enseña a ser sutiles también.
Rapé es medicina aérea. En un golpe recibimos la bendición del abuelo Viento, fuente universal de energía, limpiando nuestra percepción, despejando la mente y abriendo los canales energéticos superiores, para conectarnos con lo más elevado de nuestro ser.
El tabaco y las medicinas ayudan a separar entidades bajas, parásitos energéticos y contaminaciones e interferencias en el diálogo interno. Al recibir un soplo de rapé, el medicamento sube limpiando, ordenando y alineando nuestro campo de energía, especialmente los centros o chakras del tercer ojo y la corona, y desde allí arriba y abajo de la columna vertebral, el Árbol de la Vida.
También es un medicamento para el cuerpo que ayuda a expulsar el moco y los parásitos de los senos frontales y paranasales. Elimina dolores de cabeza, embotamiento y aturdimiento, ya que descomprime la presión del cráneo. También es una excelente herida y antibiótico aplicado a heridas, especialmente aquellas que contienen salvia y lavanda. Una ronda de rapé en un círculo de medicina ayuda a sincronizar y alinear la atención y la percepción de los participantes en momentos de apertura o transición en el ritual. También es una medicina para la visión del espíritu, que nos ayuda a limpiar la mente y detener el diálogo interno, a estar verdaderamente presentes para poder ver más allá de nuestras interpretaciones.
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